Napoleón, en la celeste estancia, recibe a su hijo infortunado cuya infancia brillante había hecho concebir tan bellas esperanzas. El Águila Imperial deja caer en su dolor la espada del gran Napoleón y el Globo del Mundo que le había confiado. Litografía de la época.
A veces las mayores victorias estan unidas a las mas tristes derrotas. La conquista de Roma, la victoria absoluta de la flota y el control del mar y los avances en Rusia no calman el corazón del Sire, que llora amargamente a su hijo.
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