sábado, 13 de junio de 2009

Apoteósis del Rey de Roma

 

Napoleón, en la celeste estancia, recibe a su hijo infortunado cuya infancia brillante había hecho concebir tan bellas esperanzas. El Águila Imperial deja caer en su dolor la espada del gran Napoleón y el Globo del Mundo que le había confiado. Litografía de la época.

 A veces las mayores  victorias estan unidas a las mas tristes derrotas. La conquista de Roma, la victoria absoluta de la flota y el control del mar y los avances en Rusia no calman el corazón del Sire, que llora amargamente a su hijo.

 

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